Las claves para una sonrisa bonita son siete, un número simbólico por ser –además- la cifra de la perfección:
- Una higiene adecuada: cepillarse los dientes después de cada comida o, por lo menos, tres veces al día. El cepillo debe ser el adecuado para nosotros y debe ir acompañado del uso de seda dental y de un colutorio, que nos indicará el odontólogo.
- La higiene contempla también la lengua y el paladar, además de masajear las encías con movimientos circulares en cada cepillado. Cambia tu cepillo cada 3 meses, o siempre que las cerdas hayan perdido la forma y estén despuntadas.
- Evita las bebidas carbonatadas o zumos ácidos (naranja, limón o pomelo). Descalcifican el esmalte dental y provocan un desgaste prematuro. Otras como el café, el té o el vino pueden teñirlos. Usa pajitas para estos líquidos.
- Evita los cambios bruscos de temperatura en los alimentos: puede aumentar la sensibilidad dental e, incluso, inflamaciones de los vasos sanguíneos del interior de tus dientes.
- En tu alimentación, reduce el consumo de azúcares -las bacterias productoras de caries se nutren especialmente de estos alimentos- y aumenta el de proteínas, calcio, flúor y vitaminas A, C, D y K.
- Alimentos que te van a ayudar a mantener el blanco de tus dientes: vegetales, manzana, queso, yogurt, uva y el limón –éste último, mezclado con sal y bicarbonato, es un buen blanqueador casero-.
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